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martes, 25 de enero de 2011

DANZAS CLASICAS DE LA INDIA (cap 1)


Las formas clásicas tienen muchos nexos de unión con la danza folclórica. En todo el subcontinente indio existe una inmensa variedad de bailes folclóricos: danzas sociales para celebrar fiestas y otras ocasiones especiales como matrimonios, danzas maritales, danzas para mujeres y danzas para hombres. Los bailarines suelen cantar mientras bailan, y el acompañamiento de tambores es indispensable.
Historia
La tradición clásica es una forma de arte antigua y sofisticada que se extiende a lo largo de varios cientos de años. Tiene su origen en los templos y es ejecutada por los devadasis (bailarines del templo). Los estilos clásicos han estado relacionados con la mitología, la filosofía, las creencias espirituales de la cultura hindú y, en tiempos más recientes, con la tradición islámica.
El arte de Madhura, Gandhara (con su mezcla de elementos helenísticos e indios), el refinamiento del arte gupta, los frescos de las cuevas de Ajanta, los relieves cortados en las rocas de Mahabalipuram (Mamallapuram) y los Nataraja en Chidambaram, todos forman parte de la espléndida herencia de la primitiva India. Puede que el primer tratado mundial existente sobre la teoría del teatro, música y baile, el Natya Shastra, escrito por Bharata hacia el 300 d.C., formase la base de una elaborada tradición en las artes interpretativas
La danza clásica tiene sus raíces en el Natyasastra, el texto más antiguo que se conoce sobre dramaturgia, atribuido a Bharata, que en realidad actuó más como buscador y compilador de trabajos muy antiguos, que como el inventor del género dramático. Según las hipótesis más aceptadas, la fecha del Natyasastra se sitúa entre los siglos III o IV d.C.; este tratado sánscrito define el drama como continente de la palabra, el mimo, la danza y la música, y establece los principios que marcarán la técnica y la estética.
A lo largo de los siglos, las danzas de la India han estado sometidas a distintas influencias que han ejercido un gran impacto en su desarrollo. Desde el siglo XII al XVIII d.C., el Imperio mogol floreció y más tarde decayó en las regiones del norte. Bajo el patronazgo de los emperadores, las artes, especialmente la música y la pintura, fueron alentadas en las cortes. El kathak evolucionó de la tradición de cuenta cuentos a la forma sutil y compleja de hoy. Con la llegada del Imperio Británico, la danza, entre otras artes, sufrió un eclipse temporal, especialmente en las ciudades y pueblos donde se había establecido el protectorado inglés. Debido a la imposición de la escolarización inglesa y de los valores victorianos, la danza dejó de fomentarse, especialmente entre la clase media. Gradualmente cayó en desgracia y los devadasis fueron expulsados de los templos. Sin embargo, en la primera mitad del siglo XX, personalidades como Rabindranath Tagore, Rukmini Arundale y Uday Shankar lucharon incansablemente para revivir la rica herencia de la danza clásica india. Estas personas realizaron un gran esfuerzo para proporcionar mayor relieve a la danza y pusieron las bases para el espectacular renacimiento de esta forma de arte una vez que la India recuperó su independencia en 1947. A partir de entonces han surgido un número cada vez mayor de bailarines, maestros, alumnos y compañías de danza india, al igual que escuelas en la India, Gran Bretaña, América y Australia.
Así como se ha continuado con las tradiciones folclóricas y la danza clásica, en los últimos 50 años se ha desarrollado la danza contemporánea y cinematográfica. Esta última se ha convertido en una forma popular de arte y coreógrafos como Mrinalini Sarabhai, Manjusri Chaki-Sircar, Chandralekha y Kumudini Lakhia han desarrollado un nuevo lenguaje, creando obras modernas basadas en la tradición clásica y, algunas veces, en temas de actualidad.
En Gran Bretaña existe una larga tradición de danza india. Uday Shankar trabajó con Anna Pavlova en la década de 1920. Las giras de Ram Gopal en la década de 1950 continuaron con las realizadas por compañías británicas a partir de 1970. Shobana Jeyasingh ha abierto un nuevo campo al trabajar con compositores y coreógrafos occidentales como Michael Nyman y Richard Alston, y con compañías de teatro y coreógrafos indios contemporáneos. Jeyasingh ha creado formas innovadoras y desafiantes para transmitir el clasicismo indio al gran público.
Elementos
Desde el siglo II al VIII d.C. hubo una marcada diversificación. Gradualmente, la danza se fue disociando del drama y nacieron los distintos estilos clásicos, que reflejaban la tradiciones particulares de la región en la cual surgieron. Sin embargo, todos los estilos clásicos comparten los elementos básicos del nritta (danza pura), el nritya (expresión) y el natya (elemento dramático).
Dentro del natya, el abhinaya (expresión del contenido dramático a través de la pantomima y el gesto) adquiere formas diferentes en los distintos estilos, siendo algunos más exagerados que otros. Los temas del abhinaya también varían, pero cada estilo hace hincapié en la enseñanza del navarasa o los nueve estados de ánimo o sentimientos: el amor, el desprecio, el pesar, la ira, el miedo, el valor, el disgusto, la admiración y la paz. Estos estados de ánimo se encuentran clasificados en el Natyasastra y se describen los medios de expresarlos a través de los movimientos de los ojos, las cejas, el cuello, las manos y el cuerpo.
Existen dos categorías de movimientos que todos los bailarines deben poder realizar independientemente de su sexo:
El tandava es el aspecto masculino y vigoroso de la danza y el lasya representa el lado elegante y femenino.
Todos los estilos se ejecutan con los pies descalzos, aunque hay algunos de ellos utilizan los ghungroos (cascabeles en los tobillos) para aumentar el ritmo de sus pasos.
Los mudras (gestos con las manos), los estilizados movimientos de la cara y los ojos y los complejos esquemas rítmicos constituyen otras características de esta danza. Siendo según el Natyasastra 67.
Los ojos y los gestos son una parte esencial, dándole mas elegancia expresión a la danza, en el Natyasastra se describe con exactitud 36 movimientos de ojos.
Aunque las variantes regionales han desarrollado su propia técnica y presentación distintiva, han continuado con las mismas reglas básicas y normas que aparecen en el Natyasastra.

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