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martes, 31 de diciembre de 2019

EL AMOR OBJETAL


En “Introducción del narcisismo”, Freud, postula, que aún para las mujeres narcisistas, las que permanecen frías hacia el hombre, hay un camino que lleva al pleno amor de objeto. En el hijo que dan a luz se les enfrenta una parte de su cuerpo propio como un objeto extraño al que ahora pueden brindar, desde el narcisismo, el pleno amor de objeto. Las mujeres entonces, tenderían a amar narcisísticamente: buscarían ser amadas o bien amar al hijo como extensión de su propio cuerpo y no como objeto diferenciado.
En este sentido, el “verdadero amor objetal” femenino se alcanza así vía maternidad, idea que tiene vastas consecuencias: la gratificación que la madre obtiene por medio del cuidado del hijo, estaría ligada, por un lado, al proceso identificatorio que la madre lleva a cabo con el bebé (y que muchas veces hace que lo experimente como una prolongación de ella misma), pero también, a la posibilidad de recrear por medio de la relación con el hijo, la propia relación infantil con su madre. Apareciendo esa situación como la condición básica para el ejercicio de la maternidad en las niñas. Esta situación se puede entender como un intento de reedición, desde la adultez, de la relación infantil con la madre, lo cual abre a la posibilidad de pensar a la maternidad, no solamente como un resarcimiento de la envidia fálica, en donde ella se encuentra castrada. Así mismo, en su último trabajo sobre el tema, aclara que la causa más importante de los trastornos sexuales femeninos radica en conflictos tempranos entre madre e hija. La niña frustrada oralmente repite más tarde en su vida sexual estas primeras experiencias traumáticas. Para su inconsciente su vagina puede representar su boca hambrienta y el pene el pecho frustrante; o puede temer que el pene, a través de su vagina, aspire como una boca el interior de su cuerpo. 
Bibliografia
Sigmund FREUD, Introducción del narcisismo. Tomo XIV. Ed. Amorrortu. Buenos Aires.1914. Pág. 86

LA MATERNIDAD UNA FORMA DE CUBRIR LA CASTRACIÓN



El psicoanálisis no supone que sea natural que una mujer desee tener un hijo .Considera que no hay instinto maternal. A partir de Freud  explica  el deseo de un hijo como modo de cubrir la falta de pene. Sosteniendo que el niño entra en la serie de las equivalencias simbólicas determinadas por la ecuación niño= falo, ecuación en la que se distingue el pene tanto órgano de lo que sería la premisa universal, la convicción infantil de que “todos tienen uno”. En la organización genital infantil, se constituye una de las posibilidades del desenlace por el que la niña sustituye el deseo de un pene por el deseo de un hijo. Sustitución que da cuenta de una ecuación simbólica mencionada anteriormente. En sus artículos sobre la sexualidad femenina, establece su posición sobre el penisneid y su idea de que el deseo de un hijo viene a suplir la falta de pene, cuya salida normal del complejo de Edipo,  seria por vía de la maternidad.
Además admite diferencias en la disposición pulsional, que permiten vislumbrar la posterior naturaleza de la mujer, y agrega que la niña pequeña es por regla general menos agresiva y porfiada, se basta menos a sí misma, parece tener más necesidad de que se le demuestre ternura,  por eso es más dependiente, dócil y toma la posición de objeto ante la posición de sujeto relacionada con lo masculino.
Bibliografía:
Sigmund FREUD. La organización genital infantil. Ed. Amorrortu. Buenos Aires .1923. Pág. 146
Sigmund FREUD. Sobre la sexualidad femenina. Ed. Amorrortu. Buenos Aires .1931. Pág. 232

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