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domingo, 21 de enero de 2018

ETAPAS DE DESARROLLO PSICOSEXUAL SEGUN FREUD


La teoría de Sigmund Freud está orientada biológicamente y presenta el desarrollo psicológico en cinco etapas de desarrollo psicosexual:

● Etapa Oral. Abarca los primeros meses de la vida, donde el placer sexual correspondiente a esta "primera fase oral" es la succión. El niño siente placer tanto al succionar el pecho materno e ingerir su alimento, es decir, al satisfacer sus necesidades alimenticias, como también al succionar su dedo o el chupete, es decir, al estimular la mucosa bucal sin apagar su hambre. De esta etapa se distinguen dos fases: El objeto anhelado en la primera fase oral es el pecho materno o su sustituto, la mamadera. Esta situación es distinta en la segunda fase oral, llamada también caníbal. Cuando aparecen los primeros dientes busca su mayor satisfacción con la boca, pero ya no por medio de la succión, sino mordiendo y masticando.
Un bebé con privaciones orales tiende a convertirse prematuramente en una persona autodependiente que a la vez siente incertidumbre e inseguridad. Por otra parte, el bebé oralmente satisfecho puede convertirse en una persona confiada y muy dependiente.

● Etapa Anal. Comprende desde los 12 y los 18 meses hasta los 4 años y es una época en la que predomina el placer en el sistema de eliminación anal. También esta etapa y sus sensaciones correspondientes pueden subdividirse en dos etapas. Durante la primera etapa anal, predomina el placer de la expulsión, y el excremento expulsado es equiparado por el inconsciente a un objeto querido. Es decir, que existe otra vez una situación ambivalente frente al objeto porque el niño quiere retenerlo, por estimarlo; y expulsarlo, con intenciones destructivas, por odiarlo y temerlo. En la segunda fase anal, el placer principal ya no radica tanto en la expulsión hostil del objeto como en su retención. Es decir, que el objeto es más apreciado y menos odiado que antes.
Cuando en esta etapa se le muestra mucho afecto y se le consiente, el niño puede desarrollar una fijación en la etapa anal, sin embargo, el exceso de rigidez y aspereza pueden tener el mismo efecto.

● Etapa Fálica. Comienza alrededor de los 3 o 4 años y se extiende alrededor  hasta la mitad de la niñez. En esta época recrudece la masturbación, el niño da suma valoración a su pene y la niña a su clítoris. Comienzan entonces la curiosidad, la angustia y la confusión que provocan las diferencias entre la anatomía sexual del varón y la niña. El niño siente celos del padre, quiere impedirle vida sexual con su madre y eliminarlo. Es la situación triangular típica de toda evolución infantil, que Freud caracterizó en el término de "situación edípica", basándose en la tragedia clásica de Edipo.
La culminación de esta etapa, es el Complejo de Edipo  que llega entre los 5 o 6 años y se resuelve comúnmente entre los 15 y los 17 años de vida.

● Periodo de Latencia. El periodo de latencia consiste en una represión de la sexualidad infantil. Las ideas e impulsos asociados con las etapas oral, anal y fálica son sepultados en el inconsciente (o sea reprimidos) y se les deniega su expresión; pero siguen ahí en forma latente, como la estructura que adquiere la libido. Los recuerdos, organizados sexualmente, de estas tres etapas influirán en las asociaciones futuras del individuo. Por lo tanto, la latencia surge cuando el niño encuentra la necesidad de renunciar a sus esfuerzos edípicos y se caracteriza por la orientación hacia la realidad y por la aparente falta de sexualidad. Sin embargo la sexualidad retorna en la adolescencia cuando el adolescente se plantea su capacidad física para ella.

● Etapa Genital. Marca el inicio de la pubertad y la entrada a la adolescencia. La sexualidad reprimida durante la latencia aparece de nuevo y ocasiona una multitud de problemas que se habían eliminado en la latencia. Desde el punto de vista freudiano la adolescencia es una época en que el adolescente en desarrollo se ve amenazado por la disolución de la personalidad que ha construido y estabilizado durante el periodo de latencia.
En el artículo “Tres ensayos de teoría Sexual” sólo con la pubertad se establece la separación tajante entre el carácter masculino y el femenino.
En esta etapa la organización genital infantil se caracteriza por una discrepancia entre las exigencias edípicas y el grado de desarrollo biológico. La evolución de la corriente sensual, descrita en “Tres ensayos sobre la teoría sexual” conduce a la organización genital: con la pubertad aparece un nuevo fin sexual, a cuya realización contribuyen todas las pulsiones parciales, mientras que las zonas erógenas se subordinan a la primacía de la zona genital .La pulsión sexual se pone ahora al servicio de la función de reproducción. Se  activa la pulsión sexual, elemento psicológico correspondiente a las energías libidinales que necesitan la descarga de la tensión. Se  introducen los cambios que llevan la vida sexual infantil a su conformación normal definitiva. La pulsión sexual era hasta entonces predominantemente autoerótica; ahora halla al objeto sexual. Hasta ese momento actuaba partiendo de pulsiones y zonas erógenas singulares que, independientemente unas de otras, buscaban un cierto placer en calidad de única meta sexual. Ahora es dada una nueva meta sexual; para alcanzarla, todas las pulsiones parciales cooperan, al par que las zonas erógenas se subordinan al primado de la zona genital. La pulsión sexual se pone ahora al servicio de la función de reproducción.
Al separar la energía libidinosa de otras clases de energía psíquica, se da expresión a la premisa de que los procesos sexuales del organismo se diferencian de los procesos de la nutrición por un quimismo particular.
En esta etapa una nueva oleada de represión, afecta justamente a la sexualidad del clítoris, es así que el refuerzo de las inhibiciones sexuales, creado por esta represión que sobreviene a la adolescente durante esta etapa.
Cada vez que la niña logra trasferir la estimulabilidad erógena del clítoris a la vagina, ha mudado la zona rectora para su práctica sexual posterior. En este cambio de la zona erógena rectora, así como en la oleada represiva de la pubertad que, por así decir, elimina la virilidad infantil, residen las principales condiciones de la proclividad de la mujer a la neurosis, en particular a la histeria.
El impulso sexual aumentado durante este período revive la tendencia hacia los objetos incestuosos provocando una segunda situación edípica, aunque mitigadas por el desarrollo del Superyó que reprimirá esas tendencias.
Según Freud en esta etapa se produce: el desasimiento respecto de la autoridad de los progenitores, el único que crea la oposición, tan importante para el progreso de la cultura, entre la nueva generación y la antigua.
Así, también el autor refiere que  hay personas que nunca superaron la autoridad de los padres y no les retiraron su ternura o lo hicieron sólo de modo muy parcial. Son casi siempre muchachas: que  para contento de sus progenitores, conservan plenamente su amor infantil mucho más allá de la pubertad. La inclinación infantil hacia los padres es sin duda la más importante de las sendas que, renovadas en la pubertad, marcan después el camino a la elección de objeto.
Referencias Bibliográficas.
-Sigmund FREUD .Tres ensayos de teoría Sexual. Buenos Aires: Ed. Amorrortu..1905.Pág. 189-200
-Jean LAPLANCHE. Diccionario de psicoanálisis. España: Editorial Labor .1981..Pág.169

-Joseph STONE y Joseph CHURCH, La niñez y la adolescencia. Ed. Lumen . Home ,Buenos Aires, Pág.262

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