Haya era una chica muy solitaria, desde que era niña
los demás solían alejarse de ella y la evitaba,
porque creían que era extraña, cuando los años pasaron y tubo que
mudarse de su casa, debido a que le
quedaba demasiado lejos de su trabajo, como escritora en la revista de una
editorial.
Llego a encontrar un departamento en un barrio
antiguo, que quedaba a unas manzanas de
su trabajo, la casa era antigua, grande
y había sido remodelada varias veces, sin embargo a pesar de los esfuerzos de
los dueños, no habían conseguido a una
persona que se quedara en el lugar.
Cuando le contó a María su compañera de trabajo, que
se mudaría a vivir en esa casa, ella palideció y le comento: Esa casa a pesar de tenerlo todo, también hay
algo por el que la gente que vivió allí solo duro algunos días, se dice que hay fantasmas. El
amigo de mi hermana vivió allí y me conto que hay un fantasma que no lo dejaba
dormir, por eso se fue de esa casa.
-Hay un fantasma….. eso da miedo ..pero es el único
lugar que encontré disponible para mí-dijo
Haya con tristeza.
-Eh…bueno tal vez podría ser una imaginación suya
….y sean rumores – sonrió con nerviosismo.
Haya observaba la habitación mientras llevaba sus
cosas, recordaba lo que le había dicho
María sobre la casa y el alivio que tenían los dueños al ver, que alguien se
interesó en su casa, primero habían mencionado que no era la única que estaría
en la casa, pero al pasar los días, se dio cuenta que ella era la única persona
en esa enorme casa.
-Creo que no
hay nadie ..estoy sola – se dijo a misma
sentándose en el suelo y reflejándose en ese espejo de marco dorado que la
dueña le había pedido que cuidara, antes de marcharse.
-Siempre he estado sola….si no fue por mis
padres, que siempre fueron buenos
conmigo- pensó mirando su reflejo en el
espejo este se inclinó un poco y dejo caer un sobre, Haya se acercó abrió el
sobre que estaba abierto.
-Una carta….no es bueno leer lo que no me
pertenece…tal vez es una carta de un ser querido,… ¿ Cómo se sentirá …. que
alguien le escriba a una persona querida…, como será ese sentimiento quisiera…
que alguien me escribiera?..- pensó con tristeza- y si la veo solo unos
segundos….
Abrió la carta y sin pensarlo la leyó : “Mi hijo era
una persona gentil y buena con los demás, aunque no tenía amigos de su edad. Si
no los tubo nunca. Tal vez hubiera sido mejor así… y no hubiera pasado lo que
sucedió...Me preguntan si estoy segura de eso y si lo aseguro…. el confiaba en
quienes creía que eran sus amigos, pero ellos solo fingían serlo… un fin de
semana… que siempre solía venir, no vino, lo espere durante dos días
enteros…pero al día siguiente, un policía me dijo que lo habían asesinado para
robarle dinero… durante años nadie supo quién fue, pero yo siempre supe que fueron ellos..,
aunque nunca me creyeron.
Por qué le quitaron la vida …el solo quería tener
amigos…”
-Es una carta muy triste ..de una madre que perdió a
su hijo…. creo que es la abuela de la dueña…mmm amigos…yo nunca pude tener
amigos verdaderos…por eso siento mucha nostalgia…-se levantó y guardo la carta detrás del espejo.
-Ese es su lugar mi madre lo puso ahí antes de
morir- dijo una voz, ella se asustó, volteo rápidamente resbalo en el suelo y
se golpeó la cabeza.
-Por qué se puso todo… tan oscuro…- pensó abriendo
los ojos y levantándose – me duele la cabeza…
-Actúas como una niña…asustarse de solo verme-
dijo un hombre de cabello azabache y
hermosos ojos negros, de rostro delicado, vestido con un traje negro, sentado
en una silla.
- Que hace aquí… ….como entro… no puede estar aquí
señor… este es mi lu…lu gar- balbuceo
con temor mientras se levantaba del suelo.
- Señor …no soy tan viejo…ni tan mayor …disculpa
..no quise asustarte…no soy un demonio
…- sonrió débilmente…-esta era mi casa y la carta que viste era de mi
madre.
- Yo lo
siento… pero no deberías estar aquí esta es mi habitación- dijo casi gritando.
- Pero si tú
me llamaste…eres la única persona que se
ha visto en el espejo y ha hablado de soledad…ambos somos iguales…pero con la
diferencia de que tu estas viva y yo, no
lo estoy….
- ¿Qué?- musito Haya
y sintió un frio que corrió por sus venas.
- Madre estaba en lo cierto… fueron mis amigos
quienes me mataron, me mataron frente a este espejo, uno me golpeo y el otro me
asfixio colocando sus manos alrededor de mi cuello – se acercó al espejo – esas manos que estreche muchas
veces…fueron las que me mataron…
- Frio.. siento frio y miedo..- pensó temblando.
Miro el espejo y vio que estaba sangrando, mientras que se reflejaba que dos
personas, lo mataban, uno lo apuñalo y el otro lo asfixio con las manos.
- Ahora …ya no soy humano…pero permanezco aquí
porque cuando desperté ese día decidí quedarme cerca de mi madre que vivió en
esta casa hasta sus últimos días.. al igual que vi morir a quienes me mataron,
de hecho el que me asfixio murió hace como tres horas… fue una muerte muy
dolorosa, no puedo negar que me complació que me viera antes de morir .
- Porque sigues aquí… debes irte… déjame…sola …-
dijo alejándose de el – alma perdida vete….ya tengo suficiente con mi vida…
- Tú me llamaste, no me voy a ir …somos casi
iguales…hace días estoy a tu lado…la señora que viste antes de entrar en la
mañana…
- Se veía un
poco pálida … que sucede con ella? –pregunto Haya.
- Esta
muerta, se suicidó hace 50 años…no eres muy observadora.. su ropa estaba muy
pasada de época…- comento con seriedad.
- Siempre
estuve sola y me sentía triste y aliviada pero ahora que es lo que ocurre… es
un mal sueño …en esta casa maldecida por el dolor y el sufrimiento…-musito con
amargura se metió en su cama y se cubrió tratando de dormir.
- Haya …. Estas evitándome…-dijo sonriendo con
tristeza.
A la mañana siguiente todo parecía normal, no había
nada, por unos segundos creyó que era un sueño, hasta que vio caminar a varias
personas, que desaparecían entre las paredes.
-Tienes que aceptar
lo que ocurre a tu alrededor- dijo apareciendo en la silla.
- Esta bien… si tú lo dices eso hare- dijo Haya-
además si me niego…mi situación empeorará- pensó
- Mi nombre
es Erín y solo a ti me he presentado…a nadie más…quiero que seamos amigos- dijo
mirándola de cerca.
- Que ..dijiste..?-musito y todos los espectros desaparecieron
- Para permanecer vivo lo único que tengo es el
anhelo de tener a alguien igual a mi como amigo… estar solo, recordar la
traición, desear la venganza, me permiten destruir todo lo que considero un
obstáculo…es por eso que los demás se fueron. Me temían porque habían vivido
una vida de luces y esperanzas- dijo acercándose al espejo- a mi hermana menor
le gusta este espejo porque le recuerdo lo que solía ser en vida.
Haya le pareció recordar como hubiera sido el en
vida, cuando vivía en esa casa. Y sintió mucha tristeza y nostalgia.
- Creí que nunca tendría un amigo – dijo tratando de
sonreír como una niña solitaria que le habla a un amigo imaginario, ella
comenzó a hablar con él, día tras día cada vez que ella se lo pedía Erín
estaría a su lado, para hablar con ella. Sin embargo a medida que pasaban los
días, semanas y meses, Haya pensó que
tarde o temprano el desparecería
y estaría más sola que nunca.
- Erín … algún día…tú te iras ¿ verdad?- pregunto
con tristeza.
- Si…- respondió con tristeza.
Ella no le volvió a preguntar, hasta que su salud
comenzó a decaer, se sentía débil, pero aun así salía a trabajar a la editorial, para tratar de
olvidarlo.
Pasaron los días y Erín no volvió, ni siquiera
cuando ella lo llamaba- se fue…Erín se fue…Erín- lo llamo varias acercándose al
espejo, cansada de estar de pie se sentó al borde de la cama, mirando la silla,
donde varias veces lo había visto- Erín … ahora estoy sola de nuevo…no puedo
hablar con nadie…-musito cerrando los ojos- seamos amigos Erín ..seamos amigos
nuevamente- cuando volvió a abrir los ojos.
- Haya ¿Por qué te descuidaste tanto?… estas muy
enferma…estuve cerca de ti …pero ya no quería acercarme, porque sabría que
sufrirías …me aleje de ti creyendo que
te recuperarías – dijo con amabilidad abrazándola por primera vez.
- Erín.. No vuelvas a desaparecer…– musito y pareció
escuchar que el corazón de esa alma,
latía.
-… Parece que no podemos separarnos… nuestra amistad
lo impide ... no te dejare Haya… - tomo su mano, sintiendo la tibieza de su
piel- hace tiempo… que no me sentía vivo
en realidad…solo personas como tu hacen que no exista barrera entre el mundo de
los vivos y el de los muertos… no me iré sin ti Haya.
Fue lo último que escucho antes de dormir y
despertarse en otro sitio. Estaba
recostada sobre la banca de un parque.
-Haya ven –dijo Erín tomándole de la mano.
María se preocupó al notar que ella no había venido
a trabajar, fue a su casa, donde encontró a la dueña, ingresando a la casa.
Ella había vuelto porque era el aniversario luctuoso de su hermano mayor Erin.
Tocaron varias veces la puerta, al ver que Haya no
habría, entraron con otra llave, ella permanecía en el lecho. Ambas se
espantaron llamaron una ambulancia, los médicos llegaron y dijeron que su
corazón había terminado de latir.
Haya murió y el espejo se rompió inesperadamente.
Desde ese día ya no hubieron rumores de fantasmas en la casa vieja. El dueño
del espejo se había llevado a quien tanto había buscado.
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